Un relato que nos enseña la importancia de plantar buenas semillas en el Jardín de nuestro corazón, para que no seamos un carruaje vacío:
Cierta mañana, mi padre muy sabio me invitó para pasear en el bosque. Yo acepté ir con mucho placer. El se detuvo en una chimenea y después de un pequeño silencio, me preguntó: ¿Además del cantar de los pájaros, estás oyendo algo más? Me puse a escuchar más cuidadosamente por algunos segundos y contesté: “Oigo el ruido de un carruaje”. El dijo: “Precisamente un carruaje vacío”. Entonces le pregunté: ¿Cómo puedes saber si el carruaje está vacío si no lo vemos? El me dijo: “Es muy fácil saber si el carruaje esta vacío o no por el ruido. Cuanto más vacío está el carruaje, más fuerte el ruido que hace”.
Ahora, siendo ya adulta, cuando veo a una persona hablando más que las otras, o tratando a alguien con groserías, o si la persona es prepotente, si interrumpe la charla de los otros o si quiere demontrar que es la dueña de la verdad, tengo la impresión que escucho la voz de mi padre diciendo “Cuanto más vacío está el carruaje, más fuerte el ruido que hace”.
Acuérdate siempre que: Quien habla siembra y quien escucha cosecha.
Por Claudia Castro
Ilustración extraída de los peores cuentos de Ulula Corvo
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